Adoquines y pisadas ya inventadas
siento que estos árboles reconocieran mis vaivenes.
Darme de bruces con el recuerdo empapado en licor de guindas.
Enredado entre café y libros postergados
paseo mi memoria a través del pasillo
resquebrajado…
Entre maleza, sobre hierba, revuelo de pájaros y de tu incesante recuerdo,
que me acompaña de la mano firmemente
por cada rincón decadente de esta ciudad
que sigue como nosotros,
igual de desconocida.
Paula